Orientación a personas de baja visión

Baja visión se denomina al importante déficit visual que afecta el desarrollo normal para desempeñarse en las actividades cotidianas. Dicho déficit no se compensa mediante los recursos utilizados habitualmente en oftalmología, como el uso de los anteojos convencionales, fármacos o cirugías.

Algunas patologías que pueden causar baja visión son las siguientes: maculopatía miópica, degeneración macular relacionada con la edad, patología del nervio óptico, retinopatía diabética, retinopatía del prematuro, glaucoma, síndrome de Usher, toxoplasmosis…

En el examen de baja visión se intenta orientar -con ayudas ópticas y no ópticas – a los pacientes, para que puedan realizar actividades que tienen que ver con su independencia y autonomía y que los reconecten con sus actividades. Se indicarán ejercicios para alcanzar estos objetivos.

Los pacientes de baja visión deben ser derivados por oftalmólogos que consideren que en base al diagnostico y pronostico estarían en condiciones de recibir una ayuda terapéutica.

Las sesiones de evaluación y ejercitación serán establecidas con la periodicidad que el paciente y el terapeuta acuerden. Es importante que el paciente vaya acompañado por la persona con quien convive varias horas por día así este observa la ejercitación que debe realizar para lograr mayor adherencia y optimización al tratamiento.

Es importante tener en cuenta que el acompañamiento conjunto con especialidades como psicología, terapia ocupacional, óptica y otros es fundamental en el acto terapéutico.