Estimulación Visual Temprana
Estimulación Visual Temprana
Este tratamiento está indicado a pacientes con patologías como por ejemplo catarata congénita, nistagmus, retinopatía del prematuro, estrabismo, otras alteraciones retinianas, etc. Dichos pacientes deben acudir con una derivación de un oftamopediatra, neuroftalmólogo o neurólogo que considere que la estimulación es indicada para ese paciente, ya que el diagnóstico es determinante en la dirección de la estimulación específica visual.
La estimulación de funciones viso-motrices está orientada al bebé y su ambiente familiar.
Se busca orientar a la familia en el marco de acciones cotidianas, por eso es tan importante que a dicha sesión concurran (en lo posible) las personas que tienen contacto cotidiano con el niño.
Esta terapia está orientada hacia la prevención ya que utilizo herramientas psicomotrices dándole un marco global al tratamiento.
“La prevención vale más que la predicción y aún más que la reparación”.
Antes de de hablar del niño con discapacidad hablo de un niño que me hace reflexionar acerca de qué estrategias de acompañamiento y qué intervenciones preventivas y terapéuticas en su edad temprana me permitirán encontrar a un niño autónomo. un niño de acción y no de reacción frente al medio que lo estimula.
La mirada especializada en la atención de un bebé con discapacidad visual, da a la familia una contención de la información de datos específicos. Esto dirección a acciones priorizando conductas en el medio familiar que con un bebé sin discapacidad visual quizás no se tendrían en cuenta con tanto detalle.
Durante el tratamiento de estos chicos se le da a la madre información de las etapas evolutivas del desarrollo visual como: localización, discriminación, elección visual del objeto, seguimiento, toma del objeto, dirección del objeto hacia línea media, manipulación de éste, etc.
Para el niño con estas características es ideal que no se saltee etapas de evolución del desarrollo de las diferentes posturas. En estos bebés se recomienda que permanezca por largos estadios de tiempo en decúbito dorsal para que sus manos y pies estén libres para la toma del objeto, es en esta postura donde se estimula la visión periférica libremente sin que el tono muscular general esté pendiente del sostén y así su cuerpo esté “disponible” para realizar los movimientos más precisos.
Durante estos movimientos dirigidos a la toma del objeto desde un estímulo lateral visual, se van entrenando los músculos extraoculares en orden de complejidad, se parte de movimientos laterales, a movimientos más complejos como los que participan miradas verticales y torsionales, dando equilibrio y estabilidad a la mirada ayudando al tono postural general y dando apoyo a esta situación.
Teniendo en cuenta que la recepción sensorial no es coordinada en ambas retinas, darle la amplitud de movilidad general lo ayuda a que todo su sistema sensorial esté a disposición de ésto.
Las diferentes etapas como el rolado, gateo, intento de ponerse de pie, primeros pasos con ayuda y caminado son muy importantes para todo niño, y para estos niños, requiere de mayor acompañamiento. Si el niño pudo encontrar todos los pasos de la autonomía postural, podrá volver a dichas posturas todas las veces que necesite y que la situación visual lo requiera. Otro punto importante es que, mientras el niño está explorando nuevos objetos, su cuerpo no esté pendiente de estar requilibrándose en posturas inestables para las que todavía no está maduro para mantenerse, ya que esta situación no le permite estar de lleno en la exploración y la comunicación, ya que tiene que estar pendiente de su propio equilibrio.
El sujeto que domina su equilibrio y, por lo tanto, organiza una postura segura, dispone de todas las capacidades con las que sí cuenta pudiendo aprovecharlas al máximo y, también, pudiendo desarrollar aquellas capacidades que se encuentren disminuidas.